¡¡¡PARAZO PETROQUÍMICO!!!

Primer round para los trabajadores

Muy a pesar de los intereses de las negreras y contaminantes empresas que se agrupan en la Asociación de Industrias Químicas de Bahía Blanca (AIQBB) y de sus plumíferos a sueldo de La Nueva Provincia y su loro LU2, los trabajadores petroquímicos realizamos un Paro General unificado de 24 horas.

Fue la fuerza de la base que irrumpió con todo en la Asamblea del 3 de julio, donde se votó por el Paro, y siguió manifestándose en los Piquetes; la que comenzó a torcer el brazo de las multinacionales Dow Chemical, Solvay – Indupa, Profertil y socias menores.

Una fuerza asentada en la bronca de “los que ganamos mierda”, como expresó un compañero en los Piquetes, llenó de contenido este Paro Activo.

Ni las patronales, ni los dirigentes sindicales que contrataron piqueteros ajenos, pensaron por un minuto que la mayoría de los compañeros nos íbamos a hacer presentes en los Piquetes.

Desde el primer momento; personajes como Marcela Guerra (vocera de Dow Chemical imputada por las coimas al gobierno del ex intendente Lópes) y otros “lenguaraces” antiobreros, con la colaboración de los medios de prensa que juntos financian; intentaron desprestigiar la auténtica medida, basada en la no menos autentica bronca que produce cobrar salarios que están por debajo de la mitad del costo de la canasta familiar.

¡NO LO LOGRARON! Fueron un maullido de gatito asustado al lado del tronar del cemento partido por el fuego de los Piquetes obreros.

Y en esas 24 horas de esfuerzo, con frío y cansancio y lejos de la familia, se fue forjando la firme voluntad de “duplicar la apuesta” y “poner más carne en el asador” al decir de muchos compañeros entre mate y mate.

Con toda esa bronca convertida en la fuerza de un Paro General unificado y contundente, asentado en Piquetes que ni la policía pudo disuadir cuando intentó abrir la ruta 15 minutos antes del horario votado en Asamblea y con toda la fuerza y el aliento de los cientos de compañeros que aguardaban en los micros el ingreso al trabajo al finalizar la jornada de lucha; los dirigentes sindicales llegaron al Ministerio de Trabajo, a negociar, con “el ancho de espadas” pegado en la frente.

Del otro lado del “mostrador”, aterrorizados por la contundencia obrera, los representantes de las multinacionales multimillonarias, que disponen de su dinero para coimear políticos y financiar a los medios de prensa más importantes de la región y disponen de poca, muy poca, plata para que los trabajadores vivamos dignamente.

En el medio ¿en el medio?, el Ministerio de Trabajo, los representantes de un gobierno en “piloto automático”.

Estando así las cosas ¿Se podría haber obtenido un mejor acuerdo? Piénselo compañero lector. Los petroquímicos de La Chispa, creemos que Sí.

Sí, si se llamaba a una nueva Asamblea General como la que votó la medida por un 25% de aumento y un mínimo de $2500.

Sí, por que sólo 24 horas de paro bastaron para que las patronales “reculen en chancletas”.

Sí, por que los representantes de estos criminales (ver artículo pág.6), como las Marcelas Guerras y compañía y los representantes del gobierno como el ex burócrata sindical Arrigoni, son nada al lado de los trabajadores organizados.

Haber conseguido un 15% más un 3 para enero y el básico de $2500, es producto de tan solo un primer round que no fue “de estudio” ¡FUE PALIZA DE OBREROS A NEGREROS!

La raíz de este parazo

A pesar de que esta medida pueda aparecer como un primer “plantín” sembrado por el esfuerzo del conjunto de los compañeros; tiene una raíz capaz de sostener un ombú.

Las luchas que recorren el país y el mundo; en especial una muy cercana: el ejemplo de los pescadores artesanales doblando el brazo de las patronales que operan en Bahía Blanca y todos sus forros; fueron el primer fertilizante contra los despidos, suspensiones y la miseria salarial en la combativa zona de Ingeniero White, cuna de la primer Huelga General del país en 1907.

La firmeza demostrada por los petroquímicos en la Asamblea General del 8 de marzo; contra la aspiración de la conducción de discutir, como único tema, los problemas internos; fue poniendo las cosas en su lugar.

Y la rabia de poner el lomo todo el mes para llevar $1300 a nuestras casas, desembocó en una nueva Asamblea General, ahora sí, para discutir lo que era necesario discutir: AUMENTO DE SALARIOS YA!!!, así de simple, lo que necesita una familia para vivir. Porque en las góndolas de los supermercados, los precios son iguales para efectivos, contratados o tercerizados.

Y como la sede de nuestro gremio quedaba chica, el 3 de julio llenamos el gimnasio de Empleados de Comercio y un 90% de los más de 500 compañeros presentes nos plantamos ante la miseria salarial y las idas y vueltas de la conducción sindical desde marzo a la fecha.

La pelea sigue

Porque siguen subiendo los precios de lo mas básico que necesitamos los laburantes: luz, gas, agua, transporte, comida, útiles escolares, etc., etc., etc.

Porque las patronales van a seguir intentando hacernos pagar los platos rotos de la crisis económica mundial a los trabajadores.

Pero acá están embromados, les ganamos el primer round, y mas temprano que tarde va a empezar el segundo; y los que están del otro lado del “mostrador” van a levantar la guardia porque “se comieron, ya en el primero, una piña de nocaut”.

No va a haber guardia alta que les alcance si seguimos discutiendo todo en Asambleas, si elaboramos un verdadero Plan de Lucha que comience por garantizar la unidad necesaria para pegar todos juntos como una maza y no todos los días con un dedo distinto.

Si al calor de la pelea somos capaces de dar un paso al frente para decirles a los dirigentes (que se ponen nerviosos cuando discuten con la patronal), que den un paso al costado.

Y si somos capaces de ir agrupando a aquellos compañeros que van a trabajar todos los días, delegados que recorran planta y respeten el mandato de las bases, efectivos o contratados, o lo que sea. En síntesis, compañeros honestos y luchadores que es lo que se necesita, en una dirección gremial, en tiempos de lucha.