EL GRAN GOLPE DE LAS URNAS

Posted by LA CHISPA on 13:37

Los resultados electorales del 28 de junio dejaron al gobierno del matrimonio Kirchner en coma. Esta vez la billetera presidencial no funcionó como otras veces. Los alaridos amenazantes y desesperados de Néstor Kirchner durante la campaña no asustaron a los votantes. Los KK perdieron por paliza. En 2l de las 24 provincias perdieron. En su propia Santa Cruz fueron derrotados por primera vez desde el año 1991. En la provincia de Buenos Aires perdieron. Los “testimoniales” no alcanzaron. Mordieron el polvo aun en los sectores más pobres, donde siempre se hicieron fuertes con zapatillas, heladeras, algunas cuadras de pavimento, promesas de trabajo… NO LES CREYERON, y NO LOS VOTARON.

Pero lo más duro para los “poderosos” KK, es que perdieron frente a una oposición fragmentada y a un ilustre desconocido como de Narváez. ¿Qué tiene de Narváez que no tenga Néstor Kirchner?: ambos tienen mucha plata e hicieron grandes inversiones en el circo electoral; ambos dicen que tienen planes seguros para resolver los problemas de la provincia, generar empleo, construir viviendas, terminar con la inseguridad etc. ¿Por qué entonces la mayoría votó a de Narváez y no a Kirchner? Porque a Kirchner lo conocen perfectamente bien ya que desde el 2003 gobierna, y la mayoría está harta de su gobierno. De Narváez es nadie; es parte de una alianza para la oportunidad con Macri (¿quién puede, en su sano juicio, creerle que es “peronista”?) y con Solá, que ya gobernó casi 8 años la Provincia de Buenos Aires y ahora sale a hablar de “cómo solucionar los problemas” (¿no le suena descarado?).

En las grandes provincias como Córdoba, Santa Fé, Entre Ríos y Buenos Aires, no sólo perdieron en los centros urbanos; los resultados que obtuvieron en el interior, donde en el año 2007 la candidata CFK arrasó con cifras del 40 al 47%, ahora sacó entre el 6 y el 11% de los votos.

“Traidores”, “Gran complot contra Cristina”, bramaba el jefe Kirchner. La realidad es más sencilla: recogieron lo que prepotentemente sembraron. La mayoría del país no se comió los discursos del “modelo que distribuye la riqueza”. El 30 o 40% de la población que vive en la pobreza no comió promesas. Y ahora el gobierno está solo, débil, aislado socialmente; se quedó sin el apoyo electoral y por tanto los compinches, al día siguiente empezaron a sacar .los pies del plato: Das Neves en Chubut, el parlanchín Reutemann, que cuando gobernó Santa Fe fue un desastre, el gobernador de Córdoba, se alejan de los KK como de la peste, y entre los más serviles, como el gobernador del Chaco Capitanich, nadie esta dispuesto a acompañar a los KK a la tumba. Tal vez Moyano, pero eso es otra trama de otro artículo.

La abstención electoral y el voto blanco y nulo.
Las cifras oficiales indican que el 30% del padrón electoral nacional no fue a votar. Además hubo un promedio de votos blancos y nulos del orden del 6%. En la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país, las tres fuerzas políticas más votadas -Pro, Frente para la Victoria y Coalición Cívica- obtuvieron un 62% del padrón electoral. Gobierno y opositores tienen el mismo problema de NO representatividad. ¿Harry Potter les prestará la varita mágica?

La sociedad se ha ido saturando de las “bondades de la democracia para vivir mejor” y de la trampa electoral para elegir a los supuestos representantes del pueblo. Y cada vez va expresando más su decisión de no aumentar sieempre su hambre para que los ricos mejoren sus festines.

Los votos de la izquierda
La izquierda se presentó fragmentada, cada sector aferrado a sus propuestas, con candidatos elegidos a dedo por cada organización. El MST y el PO, las alianzas menores como el PTS- MAS-Izquierda Socialista. Sus resultados fueron de una pobreza cercana a la inexistencia. La misma izquierda que ya hace años dejó muy atrás los objetivos fundamentales de los partidos que se reclaman de la clase obrera: el diálogo político con los trabajadores y sectores sobre la necesidad de una organización política de los trabajadores, independiente de todos los partidos burgueses. Un partido de los Trabajadores cuyo programa y candidatos surjan democráticamente de los trabajadores. Lamentablemente la izquierda ha renunciado a estos objetivos. Sus promesas electorales apenas las escuchan los pequeños círculos en los que se mueven.

Los trabajadores, los sectores populares, los pobres, que son la inmensa mayoría del país, tanto los que fueron a votar en contra del gobierno KK, como los que se abstuvieron de votar convencidos de que con sus votos en nada pueden mejorar la situación de crisis que padecen, o los que fueron a repudiar el mentiroso sistema electoral y votaron en blanco o anularon su voto, son mas de 7 millones de personas. Pero el voto bronca, el voto repudio, el desánimo pueden servir como desahogo, pero no son solución.

Hay que organizar un gran Partido de los Trabajadores, surgido desde abajo, que resuelva sus propios reclamos, su propia visión de cómo organizar la sociedad para poder satisfacer las necesidades de la clase obrera y el pueblo.
Que se organice con firmeza para esta dura batalla de terminar con una sociedad desigual e injusta, con las riquezas concentradas en unos pocos, mayoritariamente de capitales extranjeros, y poner todas las riquezas de la sociedad al servicio de garantizar una vida digna a todos los trabajadores y sectores populares del país.